Un accidente cardiovascular puede generar secuelas en el cuerpo cuando no es tratado efectivamente en un periodo corto. Un estudio realizado en la Universidad de Lancashire Central en Preston, Reino Unido, ha mostrado que tras un ACV, los pacientes pueden generar condición y síntomas de varios tipos de incontinencia. Así mismo el estudio muestra cómo distintos tipos de tratamiento pueden colaborar a la mejora del paciente.
Para el tratamiento de estas condiciones es importante entender la relación de un ictus en el desarrollo de incontinencia y qué tratamientos están presentes. Para su prevención, es importante entender cómo identificar los síntomas de un ACV y cómo es el procedimiento correcto para evitar que un ACV genere secuelas graves en nuestro cuerpo.
Al sufrir un ictus, los pacientes pueden desarrollar condiciones de incontinencia debido a que el bloqueo de la sangre al cerebro puede generar deterioro físico y mental en el paciente. Un tratamiento tardío puede generar secuelas más graves con condiciones de largo plazo, pero un tratamiento pronto y correcto puede generar tan solo síntomas temporales, o ninguno en el mejor de los casos.
Dentro de los tipos de incontinencia producidos puede presentarse incontinencia de tipo refleja, donde el paciente no está totalmente consciente del espacio y lo que lo rodea, entonces libera orina o heces. También pueden desarrollarse los tres tipos de incontinencia más comunes: estrés, frecuencia y urgencia.
Ya que los ACV generan deterioro mental, también ciertos problemas de comunicación o control pueden afectar y promover el desarrollo de síntomas de incontinencia. Entre estas condiciones se encuentra la dificultad de comunicación, así que un paciente en tratamiento por ictus puede no reaccionar a tiempo para pedir ayuda de ir al baño. La destreza y la movilidad del cuerpo puede ser afectada, lo que puede causar una pérdida del control de la vejiga y los intestinos, lo que puede producir una liberación involuntaria o el desarrollo de incontinencia por rebosamiento.
Así mismo, un paciente que ha presentado un ictus puede ser tratado con medicamentos especiales que pueden afectar al movimiento urinario y fecal, lo que puede requerir de ajustes en la dosis, la dieta o el tratamiento general del paciente.
Estas condiciones y su relación con los ACV han sido estudiadas durante varios años. Los estudios generales muestran que un 15% de los sobrevivientes a un ictus pueden generar condiciones de por vida. Sin embargo, con las prevenciones y los tratamientos correctos, muchos pacientes pueden recuperar el control de intestinos y vejiga en un periodo promedio de un año.
Lo principal para prevenir secuelas post AVC es obtener un tratamiento rápido. Uno de estos episodios, debe ser tratado lo más rápido posible en un centro especializado para reducir al máximo la probabilidad de daños físicos y/o mentales en el futuro. Para ello, estar bien informado sobre cómo identificar los síntomas, qué centros especializados están cerca de nosotros y cómo podemos estar preparados ante un ictus es importante. En la página de Heroes ACV encontraremos toda esta información y recursos adicionales que nos ayudarán a este proceso.
Si el paciente ya ha pasado por un ACV y está en proceso de recuperación, al comienzo del tratamiento se recomienda usar pañales para la incontinencia. Si se nota una relación entre los síntomas y las medicinas es importante hablar con el médico a cargo de nosotros para organizar una dieta complementaria o que nos indique los pasos a seguir para un mayor control.
Cuando los pacientes han regresado a casa y siguen presentando algunos síntomas de incontinencia, además de ir a un médico especialista quien pueda recomendar la terapia adecuada, se pueden realizar ejercicios caseros como ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico, se puede generar rutinas para el control de la vejiga y los intestinos y se puede crear una dieta en torno a regular las necesidades urinarias y fecales.
El estudio realizado por los científicos de la Universidad de Lancashire mostró que un tratamiento vía terapia de estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (ENET) era el más efectivo en la recuperación de los pacientes estudiados. Sin embargo, para un tratamiento más especializado como medicinas, ENET, catéteres u otros procedimientos, es importante ver a un médico especialista quien pueda ver y recomendar la mejor opción para nosotros.
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